Las tardes de verano son tan bonitas que sólo necesitas salir al exterior. Limpia la parrilla y prepárate para disfrutar de estas largas tardes de ocio. Aquí tienes algunos consejos para que tu próxima barbacoa sea un éxito.
Calienta la parrilla.
Si usas carbón, deja tiempo suficiente para que las brasas alcancen la temperatura adecuada y se tiñan de ceniza. Extiende las brasas en una capa uniforme. Puedes hacer una capa doble o triple en un lado de la parrilla y una capa simple en el otro para controlar mejor el calor.
El humo aromático aumenta el aroma y penetra en la comida para añadir un sabor distintivo.
Puedes utilizar astillas de madera empapadas en agua y aplicarlas directamente sobre las brasas. O recoge hierbas frescas de tu jardín, como romero, mejorana, tomillo, hojas de laurel u orégano, y ponlas sobre las brasas. No utilices madera verde, ni madera que haya sido tratada para su uso como madera.
Engrasa ligeramente la superficie de la parrilla o rocíala con Pam.
O engrasa ligeramente los alimentos. Cuidado, demasiado aceite provocará llamaradas.
Precalienta la parrilla con la tapa cerrada durante 10 ó 15 minutos.
En las parrillas de carbón, las brasas deben brillar de color rojo con la formación de ceniza blanca, esto puede llevar un poco más de tiempo.
Elige un buen trozo de carne.
La carne más marmórea producirá una barbacoa más jugosa. De todos modos, gran parte de la grasa se cocinará durante la cocción. El exceso de grasa en el exterior de la carne debe recortarse, ya que esta grasa no ayuda al contenido de humedad de la comida y provocará llamaradas.
Unta los alimentos con un adobo a base de agua o vinagre y coloca la carne o las verduras en la parrilla.
Ten cuidado de no llenar demasiado la comida. Lo ideal es marinar la carne durante 1 hora o más antes de asarla.
Utiliza trozos de carne de menos de 2 pulgadas de grosor.
Asa en una parrilla caliente y mantén la tapa bajada, excepto cuando la pintes con la marinada, compruebes si está hecha, etc.
Cocina un lado durante la mitad del tiempo de cocción, luego cepilla la parte superior con más adobo y dale la vuelta para cocinar el otro lado.
Evita dar la vuelta más de lo necesario, ya que esto puede impedir la caramelización.
Ten a mano una botella pulverizadora para ayudar a solucionar las llamaradas.
Si se producen llamaradas, mueve la comida para evitar que se queme. Normalmente, mover la comida es suficiente para controlar la llamarada; sin embargo, puedes rociar con una fina niebla de agua si es necesario.
Las salsas de barbacoa suelen contener mucho azúcar y se queman si se aplican demasiado pronto.
Aplica la salsa cuando la comida esté casi lista para sacarla y cocina sólo el tiempo suficiente para que se fije la salsa: 10 minutos o menos.
Utiliza un termómetro de carne para comprobar el punto de cocción.
Evita pinchar la carne innecesariamente, ya que los jugos se escurrirán.