¿Quién puede resistirse a las apetitosas imágenes de un libro de cocina?
¿Quién no tiene recuerdos de la infancia de las fragancias que salían de la cocina en vacaciones, e incluso en días normales y corrientes? Las especias, la cocción del pan, las galletas recién salidas del horno… todo ello desencadena un profundo anhelo en la mayoría de nosotros. Al igual que la comida tiene un lugar garantizado en la agenda diaria de todos, también lo tienen quienes la preparan. Se han convertido en los dioses y diosas sin corona de nuestras vidas.
La Esencia de la Cocina
La verdadera cocina consiste en algo más que abrir una lata con un aburrido dibujo de judías verdes en la parte delantera, o meter en el horno o en el microondas una cena de la televisión sacada de una caja cubierta de cera. El verdadero objetivo de la cocina es nutrir estos maravillosos cuerpos en los que vivimos, permitirles crecer y expresar vitalidad y fuerza, mantenerlos sanos y capaces de superar los gérmenes y bacterias del entorno. Resumido en una palabra, ¡el objetivo principal de la cocina es la salud!
Elegir Sabiamente
¿Cuándo una fruta o una verdura (o cualquier producto horneado) nos proporciona la mayor nutrición? Los expertos consideran que los alimentos cultivados en el propio entorno suelen contener la mayor cantidad de nutrientes. Los alimentos recién cosechados proporcionan el máximo valor nutritivo. Después de que una fruta o verdura haya permanecido varios días, o haya sido transportada por todo el mundo, el valor de las vitaminas y los minerales disminuye.
La mejor forma de “cocinar” las frutas y verduras para obtener su valor saludable es comerlas crudas en ensaladas o como tentempiés. En cuanto se aplica calor, se destruye una buena cantidad de la nutrición. Un buen cocinero puede preparar un hermoso plato con los colores naturales de las frutas y verduras recién recogidas.
Natural es Mejor
Los alimentos modificados genéticamente se han infiltrado en el cultivo de casi todas las cosechas. Este procedimiento no existía hasta la última década, y sigue siendo muy controvertido, ya que nunca se ha probado su efecto a largo plazo en los seres humanos.
Descrito brevemente, este procedimiento consiste en infectar una semilla o un grano sano con diversas bacterias o insectos para alargar su vida útil, para que tenga un aspecto “bonito” para el consumidor mucho después de que se haya disuelto su valor nutricional. Esto no sólo tiene un efecto negativo en la salud, sino que deja al cocinero con un producto menos que delicioso para servir.
Cocinar con alimentos naturales cultivados ecológicamente (es decir, sin pesticidas ni fertilizantes químicos perjudiciales) ofrece a los cocineros actuales, conscientes de su salud, la mejor oportunidad de deleitarse con el tiempo que pasan en la compra y en la cocina. Preparar una tarta de zanahoria que encantará tanto a la familia como a los amigos (mejor hacer dos tartas mientras estás en ello), o preparar un desayuno rápido pero nutritivo para que el cuerpo afronte alegremente los retos del día sin necesidad de drogarse con café o cafeína, hacen que dirigirse a la cocina sea la parte favorita del día. ¡Realmente el cocinero es el dios de la casa!
